Todos hemos experimentado momentos en los que nuestras emociones nos invaden y sentimos que nos arrastran.
La tristeza, la ira, la ansiedad o incluso la alegría pueden ser tan intensas que nos cuesta manejarlas de manera adecuada.
A veces, actuamos de forma que no nos reconocemos, o reaccionamos de manera exagerada. Pero, en lugar de dejar que estas emociones nos desborden, es importante aprender a escucharlas, entenderlas y manejarlas de forma saludable.
¿Cómo saber si tienes problemas para gestionar tus emociones?
Si te resulta complicado controlar lo que sientes o cómo reaccionas, es posible que estés experimentando dificultades en la gestión emocional. A continuación te mostramos algunos signos que indican que podrías tener problemas para manejar tus emociones de manera adecuada:
No te entiendes a ti mismo/a: Hay momentos en los que te sientes confundido/a y no entiendes lo que te está pasando, o las emociones que estás experimentando. Esta falta de claridad puede generar ansiedad y frustración, ya que no sabes cómo reaccionar ante lo que sientes.
Emociones contradictorias a lo largo del día: Si te encuentras transitando varias emociones al mismo tiempo, y estas parecen contradictorias entre sí, puede ser una señal de que no estás gestionando bien tus emociones. Un día te sientes feliz y al siguiente triste, o experimentas ira y tristeza simultáneamente, lo que puede crear un caos emocional.
Explotas y lo pagas con los demás: Cuando te sientes triste, enfadado/a o decepcionado/a, es fácil que estas emociones se desborden y explotes, descargando tu frustración en las personas cercanas. Este tipo de reacciones pueden dañar tus relaciones interpersonales y hacer que te sientas aún más culpable y desconectado/a de los demás.
Pensamientos catastróficos ante emociones intensas: Cuando sientes una emoción intensa, como la ira o la tristeza profunda, tiendes a pensar que todo está mal y que las consecuencias serán desastrosas. Este tipo de pensamientos pueden empeorar la situación y generar más malestar.
Incomodidad ante algunas emociones: Algunas emociones, como la vergüenza, el miedo, la decepción o incluso la alegría, te resultan extremadamente incómodas. Te cuesta aceptar y procesar estos sentimientos de manera adecuada, lo que puede hacer que los reprimas o los enfrentes con ansiedad.
¿Cómo mejorar la gestión emocional?
La buena noticia es que la gestión emocional es una habilidad que se puede aprender y mejorar con el tiempo.
Aquí tienes algunos consejos prácticos para comenzar a manejar mejor tus emociones:
Reconoce y acepta tus emociones: El primer paso es ser consciente de lo que sientes en cada momento. Acepta tus emociones sin juzgarte, ya que todas son válidas. Reconocer lo que sientes te ayudará a no ser arrastrado por ellas.
Respira y haz pausas: Cuando sientas que tus emociones te desbordan, tómate un momento para respirar profundamente y hacer una pausa. Esto te permitirá calmarte y reflexionar antes de reaccionar impulsivamente.
Exprésate de forma saludable: No guardes las emociones para ti mismo/a. Hablar con alguien de confianza o escribir lo que sientes puede ayudarte a liberar la tensión emocional de manera más saludable.
Practica la autocompasión: Sé amable contigo mismo/a cuando experimentes emociones difíciles. Evita la autocrítica y acepta que no siempre tienes que estar en control de todo.
Busca ayuda profesional: Si sientes que no puedes manejar tus emociones por ti mismo/a, no dudes en buscar el apoyo de un terapeuta. En Selene Psicología, ofrecemos acompañamiento profesional para ayudarte a mejorar tu bienestar emocional y aprender a gestionar tus emociones de forma más equilibrada.
La gestión emocional es un proceso que requiere práctica y paciencia. No te sientas mal por tener dificultades en este aspecto, ya que todos pasamos por momentos en los que nuestras emociones pueden ser difíciles de manejar.
Lo importante es reconocerlo, dar el primer paso hacia el cambio y buscar el apoyo necesario para mejorar.
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