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La paradoja del autocuidado: cuando cuidarte también te estresa

  • Foto del escritor: Selene
    Selene
  • 8 ago
  • 2 Min. de lectura

¿Cuidarte... o exigirte más?


El autocuidado está en todas partes.Nos dicen que tenemos que meditar, dormir 8 horas, tomar matcha, hacer yoga, escribir un diario, tener rutinas…Y sí, todo eso puede ser valioso.


Pero también puede pasar algo que pocas veces se dice en voz alta:👉 Que el autocuidado se convierta en una nueva forma de presión.


Hacerlo todo “bien”. Sentirte culpable si no lo haces. Estresarte porque se supone que estás “descuidándote”.


Y entonces, lo que empezó como un acto de amor, se transforma en otra fuente de ansiedad.


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¿Por qué el autocuidado también puede agobiarte?


Porque venimos de años (o una vida entera) sosteniendo todo para los demás.

Porque nos cuesta parar.Porque nos han enseñado que valemos por lo que hacemos, no por lo que somos.

Y ahora, al sumarle la idea de que “deberías cuidarte más”, puede sentirse como un “encima de todo, ni siquiera me sé cuidar”.

Aparece entonces una paradoja emocional:

Sé que necesito autocuidarme… pero cuando lo intento, me agobio o me frustro. Y lo abandono.


Señales de que el autocuidado se está convirtiendo en una exigencia


  • Empiezas a ver el descanso como “una tarea más”

  • Sientes culpa por no meditar, no leer, no moverte

  • Te exiges estar “bien” todo el tiempo, incluso mientras te cuidas

  • Comparas tu autocuidado con el de los demás (y siempre sales perdiendo)

  • Te haces listas infinitas de rutinas de bienestar… y luego te sientes mal si no las cumples


Volver a lo esencial


El autocuidado no es estético, no es perfecto, no es instagramable.

A veces autocuidarte es cancelar un plan.

A veces es darte una ducha en silencio.

A veces es quedarte en cama sin culpa.

A veces es pedir ayuda.


Y sobre todo: no se trata de hacer más, sino de escucharte mejor..


Ideas de autocuidado real (y no exigente)


  • Decir “no” sin dar mil explicaciones

  • Dejar de contestar mensajes cuando estás saturada

  • Comer algo caliente, sin móvil, escuchándote

  • Cambiar el “debería” por “ahora me apetece”

  • Validar cómo estás hoy, sin querer cambiarlo todo


El autocuidado real es el que te alivia, no el que te suma más cosas a la mochila.


El autocuidado también se aprende


Si te sientes perdida, si no sabes ni por dónde empezar a cuidarte sin exigirte, si todo lo que intentas te frustra… no estás fallando. Estás en proceso.


A veces no se trata de cambiar hábitos.

Se trata de mirar hacia dentro.De sanar por qué te cuesta tanto priorizarte. De revisar de dónde viene esa voz interna que te presiona incluso cuando estás intentando cuidarte.


¿Y si empezamos por escucharte?


En Selene Psicología acompañamos procesos de reconexión contigo, sin juicios ni presiones.


Porque sabemos que el autocuidado empieza mucho antes de cualquier rutina: Empieza en cómo te hablas, cómo te tratas y cómo te sostienes.


Puedes hacerlo presencialmente en Valladolid o desde cualquier lugar, con nuestro equipo online.


 
 
 

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