El miedo al silencio: por qué nos incomoda tanto no llenar los espacios
- Selene

- 21 nov
- 2 Min. de lectura
Seguro que lo has vivido alguna vez.
Estás en una conversación y, de repente, aparece un silencio.
Unos segundos en los que nadie dice nada.
Y enseguida, casi de forma automática, tu mente empieza a buscar algo que decir. Una pregunta, un comentario, cualquier cosa que rompa ese vacío.
¿Por qué nos incomoda tanto?

El silencio como espejo
El silencio no es vacío.
El silencio es un espejo que nos devuelve lo que a veces no queremos mirar:
La inseguridad de no saber qué decir.
El temor a que nos juzguen como aburridos.
La posibilidad de que la relación no sea tan sólida como creemos.
Por eso tantas veces lo evitamos. Porque en el fondo, nos conecta con una vulnerabilidad que nos cuesta sostener.
Silencio sano o silencio incómodo
No todos los silencios significan lo mismo.
Hay silencios que abrigan, que son compañía tranquila, que transmiten confianza sin necesidad de palabras.
Y hay silencios que pesan. Que generan tensión. Que dejan entrever lo que no se dice.
La clave está en diferenciar si el silencio es una pausa natural o una distancia emocional.
Cómo se vive en lo cotidiano
El miedo al silencio puede manifestarse de muchas formas:
Conversaciones llenas de frases de relleno.
Preguntas rápidas para evitar que la charla decaiga.
Dificultad para compartir momentos tranquilos en pareja o con amigos.
Sensación de incomodidad incluso en reuniones o comidas familiares.
A veces no somos conscientes de cuánto nos condiciona. Pero cuando no sabemos habitar el silencio, acabamos llenando nuestra vida de ruido.
Reconciliarse con el silencio
🌱 El silencio no es enemigo.
El silencio puede ser un lugar seguro.
Un espacio para descansar de la palabra, para escuchar de verdad, para estar presentes sin necesidad de justificar nada.
En la terapia, el silencio muchas veces es el momento en que aparecen las verdades más profundas. Es el espacio donde la emoción encuentra hueco para salir, sin la prisa de tener que explicarse.
En Selene Psicología podemos ayudarte
Si sientes que el silencio te incomoda, que siempre necesitas llenar los espacios o que no soportas estar contigo mismo sin distracciones, en Selene Psicología te acompañamos a:
Entender qué hay detrás de esa incomodidad.
Aprender a tolerar los espacios de pausa.
Descubrir que el silencio también puede ser cuidado.
✨ Porque no siempre hace falta hablar para sentirse escuchado.
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