Los trastornos de conducta alimentaria (TCA) van más allá de la comida. Afectan múltiples aspectos de la vida, desde el estado de ánimo y la autoestima hasta las relaciones sociales y la percepción del cuerpo. Reconocer las señales tempranas puede marcar una gran diferencia para abordar el problema y buscar apoyo adecuado.
Señales de alerta en trastornos alimentarios
Si experimentas algunas de las siguientes situaciones, es importante prestar atención a tu relación con la comida y tu cuerpo:
1. Preocupación constante por la comida
El tiempo que dedicas a pensar en lo que comes o lo que evitarás comer es excesivo, lo que genera ansiedad o culpa.
2. Evitar mostrar tu cuerpo
Si sientes vergüenza o incomodidad al vestirte, te cuesta mirarte al espejo o evitas ciertas prendas por no verte bien, puede ser un indicio de insatisfacción corporal.
3. Pesarte constantemente o cambiar de dieta frecuentemente
La obsesión con el peso o la búsqueda constante de la "dieta perfecta" pueden indicar una relación poco saludable con la comida.
4. Evitar situaciones sociales relacionadas con la comida
Restringir tus salidas o planes porque implican comer puede ser un signo de que la ansiedad por la comida está limitando tu vida.
5. Restricción alimentaria
Eliminar grupos de alimentos, reducir drásticamente las porciones o pasar hambre de forma intencionada son señales de alarma.
6. Atracones incontrolados
Comer grandes cantidades de comida en poco tiempo, acompañado de una sensación de pérdida de control, suele estar relacionado con problemas alimentarios.
7. Cambios en el ciclo menstrual
Alteraciones en la menstruación, como irregularidades o desaparición del periodo, pueden estar relacionadas con problemas alimentarios, especialmente en mujeres.
¿Qué impacto tienen los TCA en la vida diaria?
Un trastorno alimentario no solo afecta la relación con la comida. También puede generar:
Ansiedad: la preocupación constante por la comida o el cuerpo eleva los niveles de estrés.
Estado de ánimo bajo: los TCA suelen estar acompañados de sentimientos de tristeza, aislamiento o frustración.
Autoexigencia y perfeccionismo: la búsqueda de un ideal corporal imposible puede llevar a una presión extrema.
Baja autoestima: la relación con el cuerpo afecta directamente la percepción que tienes de ti mismo/a.
Reconocer que algo no está bien es el primer paso para cambiar. Si sientes que la comida, el cuerpo o el peso controlan tu vida, es el momento de buscar ayuda.
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