Qué es el perfeccionismo disfuncional y por qué te está frenando
- Selene
- 30 may
- 2 Min. de lectura
¿Qué entendemos por perfeccionismo disfuncional?
El perfeccionismo disfuncional es mucho más que querer hacer las cosas bien. Es una autoexigencia excesiva y constante que lleva a sentir que nunca es suficiente. Aunque desde fuera puedas parecer organizada o muy capaz, por dentro todo se mueve entre la culpa, la presión y el miedo al error.
No se trata de tener estándares altos, sino de vivir con una sensación constante de insuficiencia, fracaso y comparación.

¿Es lo mismo ser perfeccionista que ser exigente?
No exactamente. La autoexigencia, cuando es equilibrada, puede impulsarte a crecer y a dar lo mejor de ti. El problema aparece cuando esa exigencia se convierte en una presión constante, en una forma de validarte, o en un miedo paralizante al error. Entonces hablamos de perfeccionismo disfuncional.
Este tipo de perfeccionismo no te impulsa, te bloquea. No te motiva, te castiga. Y suele ir acompañado de ansiedad, inseguridad, dudas constantes y una sensación de no estar nunca a la altura.
¿Qué caracteriza al perfeccionismo disfuncional?
Algunas señales que pueden ayudarte a identificarlo:
Miedo excesivo a cometer errores.
Dificultad para terminar proyectos porque “nunca están lo suficientemente bien”.
Postergar tareas por temor a que no salgan perfectas (procrastinación perfeccionista).
Críticas muy duras hacia ti misma cuando algo no sale como esperabas.
Incapacidad para celebrar tus logros, siempre te enfocas en lo que “faltó”.
Dudas constantes sobre si eres lo bastante buena, válida o competente.
Si estas frases te suenan… no estás sola.
¿De dónde viene este tipo de perfeccionismo?
El perfeccionismo disfuncional no aparece por casualidad. Suele tener raíces profundas en la historia personal de cada una. A veces se desarrolla en entornos familiares donde el amor o la atención estaban muy condicionados al rendimiento, a la obediencia o a “hacer las cosas bien”.
También puede surgir cuando te has sentido muy observada, comparada o cuando has tenido que ocupar un rol de “la que no falla nunca” para sentirte segura.
Lo más importante es que, aunque este patrón parezca parte de tu personalidad, no es inamovible. Puedes entender de dónde viene y empezar a soltar esa necesidad constante de demostrar que eres suficiente.
¿Qué consecuencias puede tener?
El perfeccionismo disfuncional agota. Puede llevar a:
Ansiedad crónica y sensación de insatisfacción permanente.
Problemas en las relaciones (por dificultad para delegar, aceptar errores o mostrar vulnerabilidad).
Trastornos alimentarios o dificultades con la autoimagen.
Bloqueos en el ámbito laboral o académico.
Baja autoestima disfrazada de exigencia.
Y, sobre todo, te impide disfrutar del proceso. Siempre estás en deuda contigo misma, con la sensación de que podrías haber hecho más o mejor.
¿Cómo se trabaja desde la psicología?
Entender por qué te exiges tanto, qué estás intentando proteger o evitar, y aprender a relacionarte contigo desde un lugar más compasivo y realista es parte del trabajo terapéutico.
En Selene Psicología trabajamos a diario con personas que, como tú, han vivido con esta carga invisible durante años. Y sabemos que el perfeccionismo no es una virtud cuando te hace sufrir.
Ya sea de forma presencial en Valladolid o en sesiones online, podemos acompañarte a soltar esa exigencia que ya no te cuida.
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